Londres en 6 días con la peque (primera parte)

El verano pasado estuvimos unos días en Londres. Akane tenía 7 años.

Hacía bastante tiempo que no pisábamos la ciudad, así que teníamos muchas ganas y mucho que ver, pero limitamos nuestros planes ya que Akane se suele cansar enseguida. Además, viajando con peques, necesitas hacer más paradas en parques y localizar sitios de esparcimiento donde puedan jugar y descubrir a sus anchas, por lo que decidimos tomarnos la aventura con calma.

Planificamos sobre mínimos y resolvimos ir improvisando (y ampliando objetivos) sobre la marcha, dependiendo de lo cansada que estuviera la peque. Fue la mejor decisión que pudimos tomar ya que Akane, para nuestra sorpresa, estuvo muy activa durante todo el viaje lo que nos permitió visitar bastante más de lo que imaginamos en un principio.




GUÍA BÁSICA LONDRES EN 6 DÍAS


A tener en cuenta

- Los peques menores de 11 años viajan gratis (pasan con uno de los padres por el torno, no necesitan tarjetas) en cualquier transporte público. 
- Los museos son gratuitos para todos. En algunos museos, pasas sin esperar cola si vas con niños (si, trato VIP).
- El transporte público es caro, merece la pena que cada adulto lleve su Oyster e ir cargándola según vayas necesitando (si al final del viaje tienes en la tarjeta saldo de sobra, lo puedes recuperar al momento cancelando la tarjeta en cualquier máquina de las que están en las entradas del metro). 
- Hay tantas posibilidades para comer/cenar que lo que te costará será elegir. 



Día 1: Llegada. Visita a Hamleys (la famosa megatienda de juguetes) y paseo por el Soho. 

Día 2: Crucero por el Támesis, London Eye, juegos en Jubilee Gardens, comida en el Southbank Center Market y paseo por el Támesis hacia el Shakespeare Globe. Visita al Borought Market. Cruzamos por el puente del Milenio hasta Weswtminster Abbey, Parlamento y Big Ben.

Día 3: Museo de Historia Natural y Museo de Ciencias Naturales. Hyde Park. Buckingham Palace y Green Park.

Día 4: Estudios Harry Potter. Tate Modern Gallery.

Día 5National Gallery Portrait y National Gallery. Trafalgar Square. Covent Garden.

Día 6Museo Británico. Comida en el Borought Market. Vuelta a Madrid.


***

Día 1



Por la mañana nos instalamos en el apartamento que habíamos alquilado cerca de Victoria Station, en el distrito de Westminster y que no solo resultó ideal para moverse sino que, a unos metros, teníamos varios sitios estupendos para desayunar, comer y cenar. Un acierto pleno. 



Chris Ratcliffe | Bloomberg | Getty Images


Por la tarde, después de descansar, nos acercamos a Hamleys, la famosa tienda de juguetes. Estarás, como mínimo, un par de horas para ver varias de sus plantas. Además te vas encontrando con empleados de la tienda que realizan shows y demostraciones de juguetes. La peque se quedó con la boca abierta viendo actuaciones de magia, probando rotuladores multicolor o descubriendo maquetas a tamaño real de Lego. Desde ahí puedes pasear por el Soho, acercarte a Chinatown o descansar en alguno de los parques cercanos. Para comer tienes muchísimas alternativas, es una zona muy comercial, bien comunicada y encontrarás de todo. 


Día 2

El segundo día empezaba en la ribera sur del Támesis. Habíamos contratado un pack de crucero por el río junto con las entradas al London Eye, y la peque se lo pasó genial. Además, junto al London Eye hay un parque estupendo, lleno de columpios de madera, para poder pasar un buen rato: el Jubilee Gardens. 


Después de jugar un rato, continuamos nuestro paseo por la ribera del río.



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En toda esta zona hay cafeterías, puestos de comida callejera, tiendas molonas, mercados ambulantes de libros, el Shakespeare Globe, el puente del Milenio, la Tate Modern Galery...



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Merece la pena llegar paseando hasta el London Brigde. Descubrimos poco antes de llegar al puente de Londres el Borough Market, un mercado enorme donde comprar desde zumos recién hechos o fruta fresca hasta comida para llevar de lo más variado: ¨paellas¨, ostras, quesos, sandwiches, champiñones en salsa, etc. 



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Y repuestas fuerzas, cruzamos por el famoso puente del Milenio para llegar a la otra orilla y así visitar el Big Ben (en obras), la abadía y el palacio de Westminster (sede del parlamento inglés). En esta zona también puedes encontrar parques donde poder descansar en un agradable, limpio y cuidado césped. 



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Día 3
El tercer día empezamos con los museos. El Museo de Historia Natural y el Museo de Ciencias están bastante cerca, por lo que es fácil visitar por la mañana los dos. Ambos están muy enfocados a los peques, son muy didácticos y en la planta baja del de Ciencias los peques tienen una sala entera con microscopios llenas de todo tipo de fósiles para que estén un buen rato investigando. También es una buena alternativa comer en cualquiera de los museos ya que estás allí. Y es imprescindible visitar sus tiendas: la peque encontró un microscopio bolígrafo portátil que nos solucionó la tarde.


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Y puesto que la mañana había sido bastante cultural, por la tarde decidimos tomarnos la vida con tranquilidad y estuvimos viendo ardillas y mirando hojas por el microscopio en Hyde Park (al que llegamos buscando un graffiti de Banksy que no encontramos) y en Green Park. Inevitable acercarse al Buckingham Palace antes de buscar algo para cenar y retirarnos a descansar.



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(Continuará...)

Comentarios

  1. Qué precioso te ha quedado el blog!!!
    Nosotros estuvimos hace un año y pico, solo un día, porque nos alojábamos en Cambridge en casa de mi amiga E, y nos encantó. Como es probable que volvamos a ir a visitar a E, anotaré vuestras recomendaciones. :)
    Besotes!

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    1. Jus! Si, ya tocaba un cambio de cara ;D

      Siempre hay razones para volver a Londres. Nosotros nos hemos quedado con ganas de mas, a ver si para la próxima podemos ampliar y movernos hacia la zona de Dorset, que es muy chula.
      Un abrazo Mo!

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  2. Qué bueno que lo pasaran tan bien! Yo ya le había cogido gusto a ir a Londres dos veces al año, pero ya no tenemos a la familia allí, así que tendremos que esperar xD

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    1. Es una ciudad de la que nunca te cansas. Siempre te quedas con ganas de volver.
      Y es algo que no me sucede en otras grandes capitales, como París. Es curioso.

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