Planes con peques de 9 años. Villa medieval de Pedraza (Segovia)
Pedraza es un villa medieval de repoblación, que con el tiempo formará parte del Condado de Castilla. Se construye en un cerro defensivo, protegida la población por dos ríos y una excelente muralla que recorría el pueblo. En un extremo, un castillo inexpugnable hacía de la villa una excelente fortificación.
VISTA DEL CASTILLO DE PEDRAZA
Poco a poco, la villa va desarrollando una magnífica industria lanar, por lo que pronto empiezan a aparecer una nobleza boyante, que construirá magníficos palacetes y casas nobles. Pedraza fue declarada Conjunto Monumental en 1951 y es que es un ejemplo de cuidado y conservación del patrimonio medieval. Rodeada la villa por una doble muralla (se conservan tramos por donde podemos pasear), y con una Puerta de Acceso principal en la muralla que ejercía de único punto controlado de acceso o de salida de la villa. Hoy en día sigue siendo así. En esta Puerta de Acceso tiene su sede la Cárcel Medieval, conjunto visitable del que hablaremos a continuación.
PUERTA DE ACCESO Y CÁRCEL
Cárcel de Pedraza, siglo XIII.
Entradas: 3 euros.
Importante: El sistema de acceso es mediante pases guiados de veinte minutos. Cuando hay un grupo formado de unas diez personas, se cierra la puerta y debes esperar para poder acceder con el siguiente grupo.
Esta es una visita no apta para personas muy sensibles. Hay muy pocas cárceles medievales bien conservadas en España, por lo que es una visita que merece la pena si quieres conocer cual era el instrumento de privación de libertad en esa época. La cárcel se encuentra en lo que fue en el siglo XIII un torreón defensivo. Se restauró en 1561 para que funcionara como cárcel para Pedraza y otros ocho pueblos de alrededor y estuvo en uso hasta 1890. Cuenta con varios niveles: el primero de ellos, al acceder, es la "Sala de Prevención", donde dormían los presos con los cepos a los pies para inmovilizarlos. También vemos aquí un cepo de cuello. Las estancias conservan los retretes originales (agujeros que daban al exterior o a las plantas inferiores). Después, en este mismo nivel, están los aposentos del carcelero, ya que vivía permanentemente en el edificio. Empezamos a bajar escaleras para llegar a las celdas de madera, en las que era frecuente encerrar a unos 15-20 presos durante un tiempo que oscilaba entre las dos semanas y el mes, normalmente con largos ratos a oscuras como forma de castigo. En este nivel enseñan también una mazmorra de castigo. Es un agujero de unos cuatro metros de profundidad, donde podían estar un par de presos, totalmente a oscuras. Al tirarlos eran frecuentes las fracturas, que imposibilitaban las fugas. Para acabar la visita, en el último nivel, se nos muestra una sala que actuaba como estercolero y donde también había presos. Las letrinas de las celdas de madera daban a este lugar. En todo el edificio es constante la presencia de antiguos dibujos o nombres.
Entradas: 7 euros (zona patio y torre Norte) y 12 euros más (acceso al estudio del pintor en la Torre del Homenaje, los primeros viernes de cada mes).
Importante: El sistema de acceso es mediante pases, de miércoles a domingo de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas. Cuando ya hay un grupo formado, se cierra la puerta y debes esperar una hora para poder acceder con el siguiente grupo. Si la familia propietaria está en el castillo o hay algún evento privado, no se puede acceder.
Parking en la puerta.
Este castillo está ubicado en un extremo de un cerro y se encuentra protegido por el precipicio y el foso que recorre la construcción. Fue construido en el siglo XIII sobre los restos de una fortaleza romana y los restos de una alcazaba árabe. En el siglo XV lo restaura la familia Herrera, época de la que data la torre del Homenaje (de tres pisos). En el siglo XVI pasa a la familia de los Fernández de Velasco, condestables de Castilla, quienes vuelven a reformarlo para otorgarle el aspecto actual. Actualmente pertenece a la familia del pintor Zuloaga, quién lo compró en 1925 y ubicó su estudio en la Torre del Homenaje.
FOSO DEL CASTILLO
A la impresionante puerta principal del Castillo se accede por un puente fijo, que hace siglos era levadizo, para cumplir el objetivo defensivo. El foso, anegado de agua, era más profundo de lo que se encuentra hoy día. La puerta, de álamo negro, se encuentra jalonada de puntas de hierro que dificultarían el asedio mediante arietes, con una cerradura bellísima. Desde luego, es de lo mejor que tiene el castillo. Sobre la puerta, el escudo de armas de los Fernández de Velasco.
PUERTA CON PUNTAS
En el patio de armas, completamente diáfano en la actualidad, se puede observar un aljibe o depósito de agua. También posee un antiguo nevero, que realizaba la función de conservación de alimentos mediante el empleo de nieve y paja.
La visita al interior al castillo para mí es prescindible. No merece la pena ya que solo es una pequeña parte lo que puedes ver. Hay muchos castillos que te acercan de manera más completa lo que era la compartimentación y usos del mismo.
Plaza Mayor
La plaza mayor, así como todos los alrededores de la villa son una delicia. Merece la pena pasear por las silenciosas calles empedradas, descubrir los antiguos palacetes, deleitarse entre arcos de medio punto y escudos de armas que te sorprenden en cualquier esquina. Eso si, imprescindible para andar cómodamente ir con zapatillas deportivas. No dejes de parar en la Plaza Mayor, donde se encuentra la iglesia de San Juan Bautista. Es un templo de estilo románico, con doble arquería en su torre y un ábside exterior que podemos ver asomar en la plaza de su nombre justo detrás, accediendo por un pequeño soportal, la plaza del Ábside.
IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y PLAZA MAYOR
SOPORTALES EN LA PLAZA MAYOR
A la peque le encantó el entorno, poder correr por las plazas y calles sin apenas vehículos, recorrer la muralla y el entorno del castillo. La visita a la cárcel yo la recomendaría en todo caso para mayores. Una visita ideal para pasar un día o un fin de semana estupendo.
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...hoy puede ser un gran día...